LAURA SE FUE

LAURA SE FUE

“Para lidiar con estos desorbitados jefes hay que tener la razón clara, el cuero duro y el ego manso, o, de lo contrario, siempre se impondrá la chabacanería, la sinrazón y la fuerza bruta sobre la inteligencia, el deber ser y el justo hacer.”

La renuncia de la señora gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, doña Laura Isabel Rodríguez, provocada por la desconsiderada llamada que a las 08:32 horas del pasado domingo le hizo el alcalde de la ciudad, nos tomó por sorpresa a todos los que pocos minutos más tarde nos enteramos de ella. (Lea aquí la carta de renuncia)

La sorpresa no estuvo en esa comunicación a tan temprana hora en un puente festivo, que de por sí ya es un acto agresivo, ni en que “el ingeniero” la haya calificado de mentirosa y de realizar un montaje para elegir a su Secretaria General, la sorpresa, digo, estuvo en la rapidez de doña Laura Isabel en redactar su carta, ignorando a los sabios orientales que aconsejan no hacer promesas en momentos de dicha ni escribir cartas cuando la ira nos invade.

Que el alcalde de esta bella pero maltratada ciudad hable de mentiras, diga mentiras o piense que todos los demás somos iguales de mentirosos a él, es algo normal, habitual, y eso debía saberlo la señora gerente. Pero, además, ¿Qué valor tiene que el diga que lo dicho por ella es mentira y que lo hecho es un montaje, si, como afirma doña Laura Isabel -y todos le creemos-, el proceso de selección de Secretario General se hizo en debida forma, tal y como mandan los cánones? ¿Qué “el ingeniero” la llame mentirosa la convierte en tal?

No hay duda de que para lidiar con estos desorbitados jefes hay que tener la razón clara, el cuero duro y el ego manso, o, de lo contrario, siempre se impondrá la chabacanería, la sinrazón y la fuerza bruta sobre la inteligencia, el deber ser y el justo hacer.

También dice en su carta doña Laura Isabel, para justificar su renuncia, que “defiendo mi dignidad por encima de todas las cosas”, y eso también me sorprende. ¿Acaso el respeto a la persona, o a la posición, se pierden porque un orate nos insulta? La dignidad verdadera nadie nos la puede manchar, menos quitar, y para que quede claro este punto transcribo unas palabras de Krishnamurti -sabio que la señora gerente también cita en su renuncia-.

“La dignidad es una cosa muy rara. Un cargo o una posición de respeto, otorgan dignidad. Es como ponerse encima un abrigo. El abrigo, el traje, el puesto, dan dignidad. Un título o una posición dan dignidad. Pero desnúdese al hombre de estas cosas, y muy pocos tienen esa condición de dignidad que surge cuando uno está internamente libre, cuando en lo interno es como la nada.

 Ser algo o alguien es lo que el hombre anhela, y ese algo le da una posición respetable en la sociedad. Pone al hombre en alguna clase de categoría -inteligente, rico, un santo, un físico-; pero si él no puede ser puesto en una categoría que la sociedad reconoce, es una persona excéntrica. La dignidad no puede asumirse ni cultivarse, y estar consciente de la propia dignidad es estar consciente del propio yo, que es tan pequeño y mezquino. Ser verdaderamente nada, es estar libre de esa idea misma. Esa es la verdadera dignidad, no el pertenecer a un estado o a una condición particular. Esta dignidad no nos la pueden quitar, está siempre ahí.”

Lamento que se haya ido la gerente del acueducto, era una gota de agua fresca y limpia en medio de un desierto absoluto.

Bucaramanga, noviembre 10 de 2017

Comments (3)

  1. Juan C. Rueda G.
    Nov 12, 2017 at 2:12 am

    Se cuentan por decenas las personas que, por decentes, se han retirado de una alcaldía tomada hoy por la gaminería, la incoherencia, la vagancia, la arbitrariedad, la mentira, la grosería. Lo que queda es lo que merece estar ahí, lo que tiene la misma escasa altura del orate que con mentiras se apropió de una alcaldía a costillas de la esperanza de los pobres. Claro que, por otra parte, doña Laura debía saber todo esto cuando se dejó llevar al amb.

  2. Emilio Otero
    Nov 11, 2017 at 9:28 pm

    Es comprensible la renuncia de la doctora Laura que no tiene obligación de soportar la groseria del alcalde.

    Que se quede sólo o con los inútiles buena vida que por viajar en carro oficial le sirven de escupidero a ese viejo sicotico.

  3. holguer lopez
    Nov 11, 2017 at 8:36 pm

    Excelente!!

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