Paz y amor

Paz y amor

“Y así, mientras los estadounidenses se sanan, se divierten y se enriquecen con el uso de esta planta, en Colombia se persigue al que usa su dosis mínima y nos seguimos matando…”

Mientras en Estados Unidos 29 de sus 50 estados ya pueden usar la marihuana para usos medicinales y en nueve de ellos ya se permite el cultivo, consumo y comercialización para fines recreacionales, en Colombia, hoy, el ´presidente´ Duque acaba de prohibir la dosis mínima cumpliendo así la promesa hecha a su insigne colega norteamericano de aplicar una mano dura contra las drogas, lo que acarreará el aumento de precio de estas sustancias y, por extensión, un mayor ingreso por impuestos a las ventas en el país del norte.

Se calcula que el mercado potencial de la marihuana, en EEUUU, alcanzó la bobadita de US$10 billones en 2017 y se prevé que en el estado de California esta industria le genere al fisco, en muy pocos años, 7 billones de dólares. Es tal el auge de este negocio en esas tierras que, por ejemplo, en Colorado hoy tienen más tiendas de marihuana que locales de Starbucks y McDonald’s, lo que es mucho decir, y, en Nevada, cuando la legalizaron, las tiendas agotaron suministros en menos de dos semanas. En Oregon, durante 2017, recaudaron US$ 85 millones en impuestos que se invirtieron, dicen ellos, en financiar escuelas, iniciativas de seguridad social, policía y gobernanza local.

Y así, mientras los estadounidenses se sanan, se divierten y se enriquecen con el uso de esta planta, en Colombia se persigue al que usa su dosis mínima y nos seguimos matando, envenenando las tierras y las aguas y provocando toda clase de deformaciones físicas a los campesinos que viven en las zonas de cultivo. Es un hecho incuestionable que aquí son muchos, muchos más, los muertos por la persecución a esta práctica que por su consumo.

Es tal el servilismo con los estadounidenses, la estupidez y la irresponsabilidad de este gobierno, que representantes suyos han salido a decir que el glifosato no hace daño a las tierras, ni a las aguas, ni a las personas. Esto lo dicen, claro está, porque ellos no se quitan la acidez tomando agua con glifosato sino con bicarbonato de sodio, ni comen pescados (para mejorar su capacidad cerebral) capturados en ríos o lagos que reciben este veneno.

A partir de hoy, tengan cuidado con la manera de vestir y la cara que pongan cuando van por la calle. No salgan despeinados, enchancletados, con crocs o camisetas con la cara de John Lennon, porque la policía recibió licencia del ´presidente´ para esculcarles los bolsillos, la cartera o el morral si les ven pinta de marihuaneros. Si llevan su dosis personal y quieren pasar inadvertidos para que los de la poli no los asalten y se queden ellos con el porrito, pónganse una camiseta de “Duque es ÉL que es”, péguenle a la gorra una calcomanía que diga “Uribe, my president” o cuélguense al pescuezo una placa que en lugar de “Paz y amor”, diga “Voluntario para la guerra con Venezuela”.

Con este decreto de hoy, el ´presidente´ Duque demuestra una vez más lo que es: un ignorante, un arrodillado, un irresponsable, como títere que se respete. ¡Que Dios nos proteja del manoseo policial y de este gobierno de insensatos!

Bucaramanga, octubre 01 de 2018

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