LA RELIGIÓN ES EL OPIO DEL FÚTBOL

LA RELIGIÓN ES EL OPIO DEL FÚTBOL

Se viene el juego de nuestra amada Selección contra Inglaterra y ruego a la FIFA incluir las posibles interferencias de Dios entre lo que puede revisar el VAR, porque si es por su influencia, ya perdimos.

Se volvió costumbre, en este país consagrado a Viviane Aleyda Morales, la diosa del uribismo, que si después de un endiablado regate por entre las peludas y torcidas piernas de sus contrarios, un ariete logra perfilarse y patear la esférica con tal fuerza y ángulo que esta termina besando las mallas del arco adversario, inmediatamente se arrodilla, abre los brazos, mira hacia arriba, se tienta el corazón y señala a lo alto con el dedo índice, como si la anotación la hubiera hecho un pájaro invisible.

Esta extraña celebración se hace comprensible al término del partido cuando el jugador es entrevistado por los periodistas a quienes siempre responde con la misma frase: “antes que todo, la honra y la gloria son para Dios”. Nunca les he oído, que sería lo justo, decir: “en primer lugar agradezco al técnico que me puso a jugar y me enseñó a zigzaguear entre los rivales como si estuviera caminando por el Paseo del Comercio de Bucaramanga”

Los periodistas, cuando inquieren a algún miembro del equipo perdedor, reciben esta otra frase: “Primero que todo, la honra y la gloria son para Dios, Él quiso que las cosas fueran así”. Para uno, simple aficionado al mejor de los deportes, las respuestas de los futbolistas son decepcionantes porque, si ganan, no fue por ellos, fue por obra y gracia de Dios y, si pierden, fresco refresco, que no se debió a la superioridad del rival o a la ceguera del juez o a la incapacidad propia, sino, también, a Dios que seguramente, pienso yo, apostó por los primeros en el Bet365.

La injerencia de Dios en el fútbol es de tal tamaño que, a Rafa Robayo, cuando terminó el juego que le dio al Tolima el último título colombiano, después de la consabida honra y gloria para Dios, se le escapó esta autoacusación que jamás fue investigada por la fiscalía ni por la Fedefútbol: “Hoy fue solo fe, esta fue la promesa de Dios para con nosotros, luego logramos ganar el partido en el último minuto y se abrió el camino en los penales”. ¿Qué chiste tiene ganar así? ¿Para qué ver un partido, si Dios los arregla todos?

Una cosa es que el fútbol sea una religión en la que los jugadores son profetas, las jugadas brillantes verdaderas parábolas, los tiros libres una revelación y el gol la máxima expresión de la divinidad y otra, muy distinta, es que le metan religión al fútbol porque todo pierde sentido, el juego se vuelve un capricho divino que hace que este bello deporte valga un centavo.

Esta protesta que hago no es nueva, cuenta la historia que, “en junio de 2009, cuando Brasil se coronó campeón de la Copa Confederaciones, los jugadores liderados por Kaká (reconocido líder de la Agrupación Atletas de Cristo) decidieron rezar en la cancha para agradecerle a Dios por el triunfo. La actitud molestó al mandamás de la Federación de Dinamarca, Jim Stjerne Hansen. “La religión no tiene sitio en el fútbol. No podemos dejar que se meta en los estadios”, dijo. J. Blatter escuchó al danés y, además de amonestar a Brasil, la FIFA prohibió rezos y manifestaciones religiosas de los futbolistas durante el Mundial 2010, medida que luego se extendió a todas las competiciones”.

Se viene el juego de nuestra amada Selección contra Inglaterra y ruego a la FIFA incluir las posibles interferencias de Dios entre lo que puede revisar el VAR, porque si es por su influencia, ya perdimos. La reina Chava, por su devoción, lograría dejar en pie a Inglaterra mientras que los nuestros, con la terrible vara de Uribe, quedarían todos muertos en la cancha.

¡No más religión en el fútbol! ¡Qué viva el VAR y abajo el mal gobierno!

Bucaramanga, junio 29 de 2018

Comments (3)

  1. Juan C Rueda
    Jul 05, 2018 at 10:27 am

    Una preguntica sobre esta vaina inmamable de los futbolistas rezanderos: ¿Por que Mina, después de señalar a Dios para significar que era Él y no él el autor del tanto, por que no, digo, estuvo junto a Uribe y a Bacca y señaló a Dios para explicar que era Él y no ellos los que se comieron los penales?

  2. holguer lópez
    Jun 30, 2018 at 8:30 pm

    Rafa Robayo parecía un Pastor ese dia. …como dicen, somos un país de rezanderos, con Premio Nóbel de literatura, pero que no lee.

  3. Amparo Fonseca
    Jun 30, 2018 at 8:01 am

    Completamente de acuerdo, esa rezadera si les gusta que la hagan en una iglesia o en su casa pero las canchas, los estadios no son para eso. Hay futbolistas que parecen más sacristanes que futbolistas y no se dan cuenta que se hacen daño ellos mismos.

    Espero que Dios sea imparcial en el partido contra Inglaterra y que mis Falcao, Cuadrado, Arias, Quinerito y todos logren el mejor partido y le ganemos a la Chava.

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